Hunter Coleburn había logrado dejar atrás sus orígenes humildes y convertirse en un abogado de éxito. Sin embargo, el poder y la riqueza no habían apagado su pasión por Eve Ruskin, una rica heredera a la que había conocido años atrás. De modo que cuando Eve le pidió que se casara con ella para así poder cobrar su herencia, Hunter no fue capaz de negarse. No obstante, impuso sus condiciones: el suyo sería un matrimonio real… no sólo un acuerdo de conveniencia, y Eve tendría que correr todos los riesgos del amor.
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